miércoles, 16 de enero de 2008

PAMELA ES POMELO

Pues al final se confirmaron mis sospechas.

Os pongo en antecedentes. Hace un par de días volví a casa por la noche, en mi calle había obras y al entrar a mi edificio me di cuenta de que habían afectado a la instalación eléctrica. Vivo en un cuarto sin ascensor y con entresuelo, como ha coincido con mi tercera intención de dejar de fumar (propósito de nuevo año que estoy cumpliendo hasta la fecha), no llevaba mechero y tuve que subir hasta casa a tientas. No me importó porque lo tomé como un juego, además, me dije, ahora puedo saber un poco qué es lo que siente un ciego. Bueno, después de 15 minutos, o eso me pareció a mí, llegué a la puerta de casa, busqué el juego de llaves, y con el dedo pulgar, índice y anular acaricié los surcos de las llaves para ver si reconocía las que correspondían a la puerta, y sí, la reconocí. Después, con la mano izquierda empecé a palmear la puerta hasta que llegué a la cerradura, y por último, lo más complicado, hacer coincider la llave con la ranura, al final tampoco fue tan difícil (otras veces de ciego etílico me he llegado a plantear dormir en la calle), en dos minutos pude finalizar el proceso. Bien, entré y afortunadamente había luz en el piso, pero se fue a la media hora, entonces como los obreros estaban intentando solucionar el problema,y como buena española, me fui a mirar cómo trabajan los demás.

Salí a la terracita, no hacía frío, me asomé por la barandilla y noté que algo me tocaba la pierna, miré y era Pam, mi conejita. Tan graciosa ella, le puse Pam porque me parecía que Pamela era un nombre de conejita, al menos de las de Playboy. Es una coneja muy dócil, pero me extrañó que viniera, porque generalmente espera a que te acerques, o te olisquea pero cuando te mueves sale corriendo, me extrañó que no se moviera, entonces con mi pie derecho empecé a tocarla, esperando que se fuera corriendo, pero lo que hizo fue empezar a jugar con mi pie. Me hizo mucha gracia, me senté en la tumbona para seguir jugando con ella y mi pie. Ella apoyó sus patitas delantera en mi pierna, y de repente empezó a hacer un movimiento muy extraño, como si quisiera...pero no podía ser, era una conejita, nada más regalármela le miré y no tenía huevecillos, ¿Por qué hacía eso? Volví a mirar en la oscuridad y no le vi nada. Pensé que la pobre conejita quería un macho.

Bueno, pues hoy llego, la acaricio, me la pongo en el regazo y de repente, cuando la levanto de las patitas delantera veo algo en lo que no me había fijado, algo alargado, y digo:"¡Dios, mi coneja tiene pilila!", pero ahí no acaba la cosa, miro mejor y veo que tenía dos de esas cosas alargadas. "¡Mi coneja tiene dos pililas!". Acto seguido me he ido a internet y he investigado un poco, y no, las cosas alargadas no son penes, son testículos (pero os prometo, no son redondos, no se parecen a los testículos de otro mamíferos... como son los de los perros y los gatos). En la página web de la Asociación Nacional de los amigos de los conejos (www.anacweb.com), sí, como lo oís, no soy la única loca que tiene un conejo como animal de compañía, explicaba que siendo gazapos, o sea crias, no se le distingue el sexo y es a partir del séptimo mes cuando es más fácil hacerlo, y que el pene es retactil, ahí explican donde está y cómo hacer para verlo, y efectivamente mi conejo tiene un pene. Así que desde este espacio hago una llamada pública a toda conejita en edad de merecer que quiera mantener un contacto carnal con un conejo guapo, de 8 meses, blanco y negro. Aviso, mi conejo sólo quiere sexo, que no nos vengan con responsabilidades, que todavía no tiene ni un año. Y bueno, estoy reconsiderando el nombre, creo que ahora en lugar de Pam (Pamela), le llamaré Pom (Pomelo).

domingo, 13 de enero de 2008

vida y superación

¿Por qué me gusta creer en la reencarnación? Cuando se explica de manera rápida esta creencia de la reencarnación, con su respectivo karma, se puede entender como una especie de castigo en lugar de lo que es, un aprendizaje para evolucionar, para ser mejor, aprender las lecciones de esta vida.
El otro día en televisión hicieron un programa "gotas de agua" que me gustó mucho. En él salían seis personas de distintas partes del mundo explicando su existencias, sus luchas y sus sentimientos. La conclusión que obtuve era que hay mucho más que nos uno de lo que nos separa. Me llamó la atención sobremanera un chico israelí, que había sido soldado y había matado palestinos. Bien, en un momento él habló y sentí que había aprendido una gran lección. Cuando miró a los ojos de los contrarios y fue consciente de que habían más cosas que les unía de las que le separaban, cuando vio el odio en los ojos de los palestinos y reconoció esa mirada como la misma mirada que tenía él hacia los nazis, cuando se reconoció a sí mismo como un soldado nazi que era a lo que le habían enseñado a odiar como el mayor de los demonios, en ese momento aprendió la lección. Digamos que la reencarnación te hace vivir experiencias hasta que las superar, a veces te pone en el mismo lugar y otra veces en el lugar del contrario. No hace falta creer en la reencarnación para haber experimentado el estar en el lugar del otro, todo el mundo sabe que si no te enfrentas a los problemas y le miras a los ojos superándolos, siempre estarán ahí, esperándonos, disfrazándose de otras personas o situaciones para atacar. La vida está hecha para eso, para aprender superando los obstáculos. No se ha de tener miedo.