miércoles, 7 de noviembre de 2007

PÁJAROS PROHIBIDOS


A veces una quiere contribuir al noble arte de la escritura pero no sabe con qué, parece que ya todo está escrito. Cómo va a escribir una después de leer cuentos como el de Pájaros Prohibidos, de Eduardo Galeano. Una de las cosas que más me gusta es escuchar a un buen cuenta cuentos haciendo su trabajo. Hace muchos años escuché este cuento y es uno que memoricé (a mi manera) y que de vez en cuando, en círculos reducidos, lo interpreto. Es un cuento que gusta a mayores y a niños, y todos lo entienden. Cuando se lo he contado a mis sobrinos han reaccionado de la misma manera que lo hace un adulto, y para mí es una de las mayores grandezas que puede tener un cuento. Ahí lo dejo, para quien lo quiera leer y disfrutarlo, es muy corto pero eso no quita para que cuando lo has leido no te quede un regusto dulce y melancólico a un tiempo. Disfrutadlo:

PÁJAROS PROHIBIDOS

(1976, en una cárcel del Uruguay)



Los presos políticos uruguayos no pueden hablar sin permiso,

silbar, sonreír, cantar, caminar rápido, ni saludar a otro preso.

Tampoco pueden dibujar ni recibir dibujos de mujeres

embarazadas, parejas, mariposas, estrellas ni pájaros.

Didoskó Pérez, maestro de escuela, torturado y preso "por

tener ideas ideológicas", recibe un domingo la visita de su hija

Milay, de cinco años. La hija le trae un dibujo de pájaros. Los

censores se lo rompen a la entrada de la cárcel.

Al domingo siguiente, Milay le trae un dibujo de árboles. Los

árboles no están prohibidos y el dibujo pasa. Didoskó le elogia

la obra y le pregunta por los circulitos de colores que aparecen

en las copas de los árboles, muchos pequeños círculos entre las

ramas: - ¿son naranjas?¿qué frutos son?- La niña lo hace callar:

-ssshhhhh- y en secreto le explica: - bobo ¿no ves que son los

ojos? Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas.



Eduardo Galeano

1 comentario:

Diego L. Monachelli dijo...

Una vez oí decir por ahí: Quien no admira lo mejor, no mejora.
Una vez oí decir por ahí, al propio Galeano, en una entrevista.
Periodista: Galeano ¿qué es la Utopía?
Galeano: La Utopía es como el horizonte: Das un paso hacia él y se aleja un paso. Das dos y se aleja dos. Das diez y se aleja diez…
Periodista: ¿Y entonces para qué sirve?
Galeano: Para eso, para andar…

Gente como él, y otros tantos, silenciosos, abnegados en sus amadas labores, nos enseñan la excelsitud, el ser mejores…

Lo dice mejor José Ingenieros en las primeras páginas de su libro “El hombre mediocre”…

Saludos, muchas luz… y muchas gracias.
Diego.