miércoles, 3 de octubre de 2007

El juego de las reencarnaciones


¿Y si suponemos que tenemos un alma que es independiente a nuestra mente?¿Y si solo por un momento imaginamos que una vez que uno muere tiene la oportunidad de mejorar con la otra vida?¿Y si una vida es simplemente una manera de experimentar unas emociones que debemos aprender para mejorar? Vamos a ir más allá, haciendo un ejercicio de imaginación más complicado, imaginemos que seamos nosotros o lo que llamamos, nuestra alma, quien puede decidir las características que va a tener esa vida para mejorar la calidad de esa energía que transmitimos de cuerpo en cuerpo.

Vamos a hacer un simil más acorde con nuestra realidad. Os presento un juego virtual, tipo "second life", donde tú eliges tu avatar y lo vamos a llamar el Juego de las Reencarnaciones. Tu objetivo es ganar un millón de puntos. Sabes que haciendo que ese personaje viva experiencias extremas consegurás más puntos. Vamos a explicar las reglas del juego, éstas consisten en que cuando consigas el millón de puntos habrás ganado la partida. En la vida que tú eliges tienes que tomar decisiones provocadas por pruebas que tú mismo has decidido de antemano experimentar, según la decisión que tomes para realizar cada prueba restarás o sumarás puntos. Si no superas las pruebas, las repetirás todas las veces que haga falta hasta que las pases, y todas las pruebas que no pases se te acumularán. Puedes elegir una vida con pocas pruebas, donde apenas ganarás puntos, o con muchísimas pruebas donde puedes ganar muchos. Entonces en que cada vida tú decides los puntos que quieres apostar, claro que si sólo apuestas 50, pues como que puedes perder muy poco, y probablemente sea más fácil y será como una apuesta segura. Si decides apostar 1000 puntos, la cosa se complica, de antemano sabes que tendrás una vida complicada, pero también sabes que puedes ganar 1000 puntos de golpe. Y qué se consigue con esos 1000 puntos estar más cerca de ganar. Ganar supone sentir la alegría en sí misma, la dicha infinita, donde no importan las cosas temporales, porque no hay tiempo, salud, dinero... Es vivir en el amor, es sentirte uno con todo. Por otro lado todos somos potencialmente ganadores, ya que la finalidad del juego es que todos ganen, en este juego no se te acaban las vidas hasta que no ganas. Según lo que apuestes y hagas, llegarás antes o después. Hay quien de una vida a otra se aleja de la meta, pero no pasa nada, tiene otra vida para acercarse otra vez.

Si me imagino esto, y pienso que puede ser una realidad, me da por mirar a los demás jugadores de la partida de otra manera.

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