A veces uno lee cosas y dice, ¿cómo alguien que no conozco de nada puede expresar tan bien lo que siento?. De repente una tiene ganas de ser escritora, y hacer sentir eso a los demás. Hay veces que no hace falta ser un gran literato, de esos que utilizan metáforas rebuscadas e irracionales, que para entenderlas tienes que estar con apuntes y diccionarios al lado, cieto es que cuando entiendes el sentido final de esas metáforas dices lleno de orgullo "¡Lo pillé!", pero desde luego, lo que me gusta es leer un poema o un libro, y sentir lo que dice sin ningún tipo de filtro. Lo reconozco, empecé "El Ulises" de James Joyce, pero me quedé en la página 2.
Ese es el motivo que me hizo ser una gran admiradora de Mario Benedetti, he llorado con sus poemas, y reído también. El encuentro con él pasó hace 11 años, cuando lo hicieron Doctor Honoris Causa de la Universidad de Alicante. Hicieron una exposición para hablar de su obra, yo no sabía quien era, y de repente leí un poema manuscrito por él en una de las vitrinas. Se me hizo un nudo en la garganta y no pude hacer otra cosa que copiarlo. Quiero que quien lea este humilde blog tenga también acceso a él, para hacerles partícipes de como comenzó esta relación de amor platónico hacia este gran escritor uruguallo.
PERO VENGO (Mario Benedetti)
Más de una vez me siento expulsado
y con ganas de volver al exilio que me expulsa
y entonces me parece que ya no pertenezco a ningún sitio,
a nadie.
¿Será en indicio de que nunca más
podré no ser un exiliado?
¿Qué aquí o allá
o en cualquier parte
siempre habrá alguien que vigile y piense,
éste a qué viene?
Y vengo sin embargo
tal vez a compartir cansancio y vértigo
desamparo y querencia
también a recibir mi cuota de rencores
mi reflexiba comisión de amor
en verdad a qué vengo no lo sé
con certeza
pero vengo.
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